Últimamente me he detenido mucho
a pensar sobre el tiempo como viene, como va,
y como nosotros casi nunca vamos acordes a su ritmo. De niños queremos ser adultos, ansiamos
desesperadamente tener la edad suficiente para, salir solos, tener dinero,
poder conducir, y según en ese momento pensamos hacer lo que queramos. Y asi
pasamos la niñez y la pre adolescencia ansiando el tiempo que viene. Pero
cuando llega, cuando tenemos 18,19, 20. Nos damos cuenta de que no todo era tan
lindo como pensábamos y empezamos a angustiarnos por lo que viene temiéndole al
futuro temiéndole a fallar temiéndole a no ser suficientes para ser un adulto y
sin lugar a duda extrañando el tiempo en que las cosas eran simples y fáciles y
no lo sabíamos. Aun no me eh topado con la vejes, y tal vez no pueda analizar de
primera mano cómo es estar ahí, pero dime cuantos ansíanos no conoces que viven
de contarte como era su pasado, extrañando sus buenos tiempos. De alguna u otra
manera, Ansiando, temiendo o extrañando, siempre vamos en contra del tiempo en
el que vivimos.
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